lunes, diciembre 26, 2005

NISARGADATTA 1 Extracto del libro "Yo Soy Eso" del 1 al 11



Algunos de sus familiares y amigos más ancianos dicen que nació en el mes de Marzo de 1897 en una noche de luna llena.




La Sensación de «Yo soy»

¿No es importante para usted saber si es un mero cuerpo, o algo diferente? ¿O, quizás nada en absoluto? No ve usted que todos sus problemas son problemas de su cuerpo —comida, vestido, cobijo, familia, amigos, nombre, fama, seguridad, supervivencia— todos estos pierden su significado en el momento en que usted se da cuenta de que no puede ser un mero cuerpo.



Decir que usted no es el cuerpo no es completamente cierto. En un sentido usted es todos los cuerpos, corazones y mentes y mucho más. Profundice dentro de la sensación de «yo soy» y encontrará. ¿Cómo encuentra usted una cosa que ha perdido u olvidado? La mantiene en su mente hasta que la recupera. La sensación de ser, de «yo soy» es lo primero que emerge. Pregúntese de dónde viene, o sólo obsérvela con calma. Cuando la mente permanece en el «yo soy» sin moverse, usted entra en un estado que no puede ser verbalizado pero que puede ser experimentado. Todo lo que necesita hacer es insistir una y otra vez. Después de todo la sensación de «yo soy» está siempre con usted, sólo que usted le ha adjuntado todo tipo de cosas —cuerpo, sensaciones, pensamientos, ideas, posesiones etc. Todas esas auto-identificaciones le confunden. Debido a ellas usted se toma por lo que no es.



Todo lo que puede decir es: «yo no soy esto, yo no soy eso», usted no puede decir a sabiendas «esto es lo que yo soy». Eso es una insensatez. Lo que puede señalar como «esto» o «eso» no puede ser usted mismo. Ciertamente, usted no puede ser otro «algo». Usted no es nada perceptible o imaginable. Sin embargo, sin usted no puede haber ni percepción ni imaginación. Usted observa al corazón sentir, a la mente pensar, al cuerpo actuar; el acto mismo de percibir muestra que usted no es lo que percibe. ¿Puede haber percepción, experiencia, sin usted? Una experiencia debe «pertenecer». Alguien debe venir y declararla como suya propia. Sin un experimentador la experiencia no es real. Es el experimentador el que imparte realidad a la experiencia. Una experiencia que usted no puede tener, ¿de qué valor es para usted?


Abandone su apego a lo irreal y lo real caerá en su propia cuenta rápida y suavemente. Deje de imaginarse que usted es o que usted hace esto o aquello y la comprehensión de que usted es la fuente y el corazón de todo amanecerá en usted. Con esto vendrá un gran amor que no es elección o predilección, ni apego, sino un poder que hace a todas las cosas dignas de amor y amables.




El Presente Vivo

¿Qué hay de malo en su búsqueda de lo agradable y en su huida de lo desagradable? El río de la vida corre entre las orillas del dolor y del placer. Es solo cuando la mente se niega a correr con la vida y se aferra a las orillas, cuando eso deviene un problema. Por correr con la vida quiero decir aceptación —dejar que venga lo que viene y que se vaya lo que se va. No desee, no tema, observe lo que acontece, cómo y cuando acontece, pues usted no es lo que acontece, usted es a quien ello acontece. Finalmente usted no es ni siquiera el observador. Usted es la potencialidad última de la que la consciencia omniabarcante es la manifestación y expresión.


Las cosas y los pensamientos han estado cambiando todo el tiempo. Pero la sensación de que lo que es ahora es real no ha cambiado nunca, ni siquiera en sueño. La vacuidad del sueño profundo se debe enteramente a la falta de recuerdos específicos. Pero hay una memoria general de bienestar. Hay una diferencia de sensación cuando decimos «yo estaba profundamente dormido» y «yo estaba ausente».

La mente crea el abismo, el corazón lo cruza.




El Mundo Real está Más Allá de la Mente

Con sólo que las gentes supieran que nada puede acontecer a menos que el universo entero lo haga acontecer, lograrían mucho más con menos gasto de energía.
El impulso mismo de lograr es también una expresión del universo total. Muestra meramente que la energía potencial ha subido a un punto particular. Es la ilusión del tiempo lo que le hace a usted hablar de causalidad. Cuando el pasado y el futuro se ven en el ahora atemporal como partes de un modelo común, la idea de causa-efecto pierde su validez y la libertad creativa ocupa su lugar.

Cuando digo que una cosa es sin causa, quiero decir que puede ser sin una causa particular. Su propia madre no era necesaria para darle a usted nacimiento; podría haber nacido de alguna otra mujer. Pero no podría haber nacido sin el sol y la tierra. Ni siquiera estos podrían haber causado su nacimiento sin el factor más importante: su propio deseo de nacer. Es su deseo lo que da nacimiento, lo que da nombre y forma. Lo deseable es imaginado y deseado y se manifiesta como algo tangible o concebible. Así se crea el mundo en el que vivimos, nuestro mundo personal. El mundo real está más allá del alcance de la mente; nosotros lo vemos a través de la red de nuestros deseos, dividido en placer y dolor, justo e injusto, interior y exterior. Para ver el universo como es, usted debe ir más allá de la red. No es difícil hacerlo, pues la red está llena de agujeros. Mire la red y sus muchas contradicciones. Usted hace y deshace a cada paso. Usted quiere paz, amor, felicidad y trabaja duramente para crear dolor, odio y guerra. Usted quiere longevidad y se sobrealimenta, usted quiere amistad y explota a los demás. Vea su red como hecha de tales contradicciones y suprímalas —su mismo verlas harán que desaparezcan.
Una cosa es como es, porque el universo es como es.



Lo que Nace debe Morir

La consciencia necesita un vehículo y un instrumento para su manifestación. Cuando la vida produce otro cuerpo, otro conocedor viene al ser. Hay algo que puede ser llamado el cuerpo de la memoria, o cuerpo causal, un registro de todo lo que se pensó, se deseó y se hizo. Es como una nube de imágenes que se mantienen juntas.
En la muerte solo muere el cuerpo. La vida no muere, la consciencia no muere, la realidad no muere. Y la vida nunca está tan viva como después de la muerte. Lo que nació debe morir. Solo lo innacido es sin muerte. Encuentre qué es lo que nunca duerme ni nunca se despierta, y cuyo pálido reflejo es nuestra sensación de «yo».


¿Cómo hace usted para encontrar algo? Mantiene sobre ello su mente y su corazón. Debe haber un interés y una atención sostenidos. Recordar lo que necesita ser recordado es el secreto del éxito. Usted llega a ello por medio de la determinación. Lo que es supremamente importante es estar libre de contradicciones: la meta y la vía no deben estar en niveles diferentes; la vida y la luz no deben pelearse; el comportamiento no debe traicionar a la creencia. Llámelo honestidad, integridad, entereza; usted no debe retroceder, deshacer, desraizar, abandonar el terreno conquistado. La tenacidad de propósito y la honestidad en la búsqueda le llevarán a usted a su meta.


Todo vendrá a medida que usted avance. Dé primero el primer paso. Todas las bendiciones vienen de dentro. Vuelva adentro. «Yo soy», usted lo sabe. Sea con ello todo el tiempo que pueda permitirse, hasta que revierta a ello espontáneamente. No hay ninguna vía más simple ni más fácil.
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EL MUNDO


Todo lo que es, es mí mismo; todo lo que es, es mío. Antes de todos los comienzos, después de todos los finales —yo soy. Todo tiene su ser en mí, en el «yo soy», que brilla en todo ser vivo. Incluso el no ser es impensable sin mí. Ocurra lo que ocurra, yo debo estar ahí para presenciarlo.
Lo que en su caso ocupa todo el campo de la consciencia es sólo una mota en la mía. El mundo dura, pero sólo un momento. Es su memoria lo que le hace pensar que el mundo continúa. Yo mismo, no vivo de memoria. Yo veo el mundo como es; una apariencia momentánea en la consciencia.
Es su mundo lo que usted tiene en la mente, no el mío. ¿Qué sabe usted de mí, cuando incluso mi conversación con usted está solo en su mundo? Usted no tiene ninguna razón para creer que mi mundo es idéntico al suyo. Mi mundo es real, verdadero, como es percibido, mientras que el suyo aparece y desaparece, según el estado de su mente. Su mundo es algo extraño, y usted tiene miedo de él. Mi mundo es mí mismo. Yo soy en casa.
Yo vivo en un mundo de realidades, mientras que el suyo es de imaginaciones. Su mundo es personal, privado, incompartible, íntimamente suyo. Nadie puede entrar en él, ver como usted ve, oír como usted oye, sentir sus emociones y pensar sus pensamientos. En su mundo usted está verdaderamente solo, encerrado en su sueño siempre cambiante, que usted toma por la vida. Mi mundo es un mundo abierto, común a todos, accesible a todos. En mi mundo hay comunidad, penetración inteligible, amor, cualidad real; lo individual es lo total, la totalidad —en lo individual. Todos son uno y el Uno es todos.
Yo parezco oír y ver y hablar y actuar, pero para mí eso sólo acontece, como acontecen para usted la digestión o la transpiración. La máquina del cuerpo-mente se ocupa de eso pero me deja fuera de ella. Lo mismo que usted no necesita ocuparse del crecimiento de su cabello, así yo no necesito ocuparme de las palabras y las acciones. Ellas simplemente acontecen y me dejan en paz, pues en mi mundo nada marcha nunca incorrectamente.

LA VIDA

Deseche todos los pensamientos excepto uno: el pensamiento «yo soy». La mente se rebelará al comienzo, pero con paciencia y perseverancia cederá y se tranquilizará. Una vez que esté tranquilo, las cosas comenzarán a acontecer espontáneamente y completamente naturales, sin ninguna interferencia de su parte.
Viva su vida como viene, pero siempre alerta, siempre vigilante, dejando que todo acontezca como acontece, haciendo las cosas naturales de modo natural, sufriendo, regocijándose —como la vida lo traiga. Eso también es una vía. Quiera lo que tiene y no se preocupe por lo que no tiene. El dolor es el trasfondo de todos sus placeres. Usted los quiere porque sufre. Por otra parte, la búsqueda misma del placer es la causa del dolor. Es un círculo vicioso.

Usted puede tener toda la paz que quiera pidiendo. Debe pedir con un corazón indiviso y vivir una vida integrada. Desapéguese de todo lo que torna a su mente inquieta. Renuncie a todo lo que perturba su paz. Si quiere paz, merézcala. Sólo la merecen aquellos que no la perturban. Busque una mente clara y un corazón limpio. Todo lo que necesita es mantenerse tranquilamente alerta, indagando en la naturaleza real de usted mismo. Ésta es la única vía hacia la paz.


¿Cómo puedo yo hacer daño a algo que es uno conmigo? Al contrario, sin pensar en el mundo, todo lo que yo hago le será beneficioso. Lo mismo que el cuerpo se pone bien inconscientemente, así yo estoy incesantemente activo poniendo bien al mundo.
Miro el mundo a través de los ojos de Dios y encuentro que todo está bien. Todos esos sufrimientos los hace el hombre y está dentro del poder del hombre ponerles un fin. Dios ayuda poniendo al hombre frente a los resultados de sus acciones y pidiendo que el equilibrio sea restaurado. El karma es la ley que trabaja por la rectitud; es la mano curativa de Dios.

DESEOS


¿Merece usted lo que desea? De un modo u otro tiene que trabajar por el cumplimiento de sus deseos. Invierta energía y espere los resultados. El deseo mismo es energía. Cuando su deseo no es claro ni fuerte, no puede tomar forma. Además, si sus deseos son personales, para su propio disfrute, la energía que usted les da es necesariamente limitada; no puede ser más que la que usted tiene. Después de desearlo muchísimo y durante mucho tiempo. Incluso entonces, sus logros son limitados.
Cuando usted desea el bien común, el mundo entero quiere con usted. Haga suyo propio el deseo de la humanidad y trabaje por él. Ahí no puede fracasar. Los deseos son justos o injustos según las circunstancias; depende de cómo los considere.

Purifíquese usted por una vida bien ordenada y útil.