domingo, abril 08, 2007

Extracto del libro "Wabi Sabi para Artistas, Diseñadores, Poetas y Filósofos"

Leonard Koren




Las bases metafísicas del WABI SABI




¿Cómo es el universo?

Las cosas evolucionan hacia o desde la nada
Cuando el anochecer se acerca a los valles, el viajero se pregunta dónde buscar cobijo para pasar la noche. Ve altos juncos creciendo por todos lados, los junta en una brazada, erguidos tal y como se mantienen en el campo, y los ata por arriba. Presto, una choza de hierba viva. A la mañana siguiente, antes de embarcarse en una nueva jornada
de viaje, desata los juncos y presto, la choza se deconstruye, desaparece y vuelve a convertirse en una parte prácticamente indiferenciable del amplio campo de juncos. El paisaje original parece restaurarse de nuevo, pero quedan trazas minúsculas del refugio. Algún junco doblado o entrelazado aquí y allá. Queda también la memoria de la choza en la mente del viajero, y en la mente del lector que lee la descripción. El WABI SABI, en su forma más pura e idealizada, se refiere precisamente a éstas delicadas trazas, a ésta evidencia evanescente, en las fronteras de la nada.
El universo, mientras destruye, también construye. Nuevas cosas emergen de la nada. Pero no podemos determinar realmente, mediante una observación superficial, si algo está evolucionando hacia o desde. Si no supiéramos que es de otro modo, podríamos confundir un niño recién nacido, pequeño, arrugado, doblado y un poco grotesco, con una persona muy vieja al borde de la muerte. En representaciones WABI SABI, quizás arbitrariamente, la dinámica de la evolución "hacia" tiende generalmente a manifestarse en cosas un poco apagadas, más oscuras y poco llamativas. Las cosas en evolución "desde" tienden a ser un poco más luminosas y brillantes, un poco más claras y ligeramente más llamativas. Y la nada en sí misma -en vez de ser un espacio vacío, como en occidente- vibra lleno de posibilidades. En términos metafísicos, el WABI SABI sugiere que el universo está en movimiento constante hacia o desde lo potencial.


Los valores espirituales del WABI SABI
¿Cuáles son las lecciones del universo?
La verdad proviene de la observación de la naturaleza

Los japoneses han intentado controlar la naturaleza dónde han podido, lo mejor que han podido, dentro de los límites de la tecnología a su alcance. Pero poco podían hacer sobre el clima: veranos calurosos y húmedos, inviernos fríos y secos, lluvía con una media de un día de cada tres a lo largo del año, excepto a principios de verano durante la temporada de las lluvias, cuando todo queda sumergido en una fina niebla durante seis u ocho semanas. Y poco podían hacer con los terremotos, las erupciones volcánicas, tifones, inundaciones, fuegos y maremotos que periódica e impredeciblemente visitaban su país. Los japoneses no confiaban especialmente en la naturaleza, pero aprendieron de ella. Tres de las lecciones más obvias se destilaron después de milenios de contacto con la naturaleza (estimuladas con el pensamiento taoísta) y fueron incorporadas a la sabiduría del WABI SABI.
1. Todas las cosas son mudables. La tendencia hacia la nada es implacable y universal. Incluso cosas que tienen todas las características de la sustancia -cosas que son duras, inertes, sólidas- no ofrecen más que una "ilusión" de permanencia. Podemos cerrar los ojos, utilizar argucias para olvidar, ignorar o fingir, pero finalmente todo acaba en la nada. Todo se gasta. Los planetas y las estrellas, e incluso las cosas intangibles como la reputación, la herencia familiar, la memoria histórica, los teoremas científicos, las pruebas matemáticas, las bellas artes y la literatura (incluso en su forma digital): a la larga, todos se desvanecen en el olvido y la no existencia.
2. Todas las cosas son imperfectas. Nada de lo que existe está libre de imperfecciones. Cuando miramos realmente de cerca las cosas vemos sus defectos. El afilado filo de una cuchilla, cuando se amplía, revela agujeros microscópicos, astillas y desconchados. Cada artesano conoce los límites de la perfección: las imperfecciones saltan a la vista. Y cuando las cosas empiezan estropearse y se acercan a su estado primordial, se vuelven incluso menos perfectas, mas irregulares.
3. Todas las cosas son incompletas. Todas las cosas, incluso el universo mismo, están en un estado constante, perpetuo de transformación o de disolución. A menudo señalamos arbitrariamente momentos, puntos a lo largo del camino, como "acabados" y "completos". ¿Pero cuando llega finalmente a completarse el destino de algo? ¿Está la planta completa cuando florece? ¿Cuándo se convierte en semilla? ¿Cuando la semilla germina? ¿Cuando todo se convierte en abono? La noción de conclusión no tiene cabida en el WABI SABI.

La "grandeza" existe en los detalles desconocidos y desapercibidos
El WABI SABI representa exactamente lo opuesto a los ideales occidentales de gran belleza como algo monumental, espectacular y duradero. El WABI SABI no se encuentra en momentos de eclosión y exuberancia de la naturaleza, sino en momentos de asentamiento y principio. El WABI SABI no trata de flores maravillosas, árboles majestuosos, o escarpados paisajes. El WABI SABI es lo intrascendente y lo oculto, lo provisional y lo efímero: cosas tan sutiles y evanescente es que resultan invisibles para la mirada ordinaria.
Al igual que la medicina homeopática, la esencia del WABI SABI se distribuye en pequeñas dosis. A disminuir la dosis, el efecto resulta más potente, más profundo.
Cuanto más cerca están las cosas de la no existencia, más exquisitas y evocadoras resultan. Por consiguiente, para experimentar el WABI SABI hay que aflojar el paso, ser paciente, y mirar muy de cerca.

Puede hallarse belleza en la fealdad
El WABI SABI es ambivalente acerca de separar la belleza de la no-belleza o la fealdad. La belleza de WABI SABI es, en cierto sentido, el hecho de aceptar lo que se considera feo. El WABI SABI sugiere que la belleza es un acontecimiento dinámico que se produce entre uno mismo y algo más. La belleza puede aparecer espontáneamente en cualquier momento que se den las circunstancias, el contexto o el punto de vista apropiados. La belleza es pues un estado de alteración de la conciencia, un momento extraordinario de poesía y gracia.
Para los ricos comerciantes, los samurais y los aristócratas que practicaban el ritual del té, una choza de campesinos medievales japoneses, a imitación de la cual se había construido el pabellón del té WABI SABI, era un marco bastante humilde y miserable. Aunque, en el contexto apropiado, con alguna guía perceptual, asumía una excepcional belleza. De manera similar, los primeros utensilios WABI SABI eran desiguales, imperfectos y de colores turbios, poco definidos. La gente que participaba el ritual del té, acostumbrada a los niveles chinos de refinamiento, magnificencia y belleza perfecta, los percibió inicialmente como feos. Es casi como si los pioneros de WABI SABI hubieran buscado a propósito esos ejemplos de lo convencionalmente no bello -sencillo pero no excesivamente grotesco- para crear situaciones estimulantes donde se transformarían en su opuesto.


El estado mental WABI SABI


¿Como nos sentimos con lo que sabemos?


Aceptar lo inevitable
El WABI SABI es una apreciación estética de la evanescencia de la vida. El árbol exuberante del verano es ahora solamente ramas desnudas bajo cielo invernal. Todo lo que queda de una espléndida mansión son los cimientos desmoronados cubiertos de musgo y malas hierbas. Las imágenes WABI SABI nos obligan a contemplar nuestra propia mortalidad, y evocan una soledad existencial y una delicada tristeza. También provocan un alivio agridulce, ya que sabemos que toda existencia comparte el mismo destino.
El estado mental WABI SABI se comunica a menudo a través de la poesía, ya que la poesía se presta la expresión emocional y a las imágenes, enérgicas y reberverantes que parecen "mayores" que el pequeño marco verbal que la sustenta (evocando así un universo más amplio). Rickyu utilizó este poema tan repetido de Fujiwara no Teika (1162-1241) para describir el estado de ánimo WABI SABI:


Alrededor, ninguna planta en flor
Ningún destello de las hojas de arce,
Únicamente una solitaria choza de pescador
En la orilla a media luz
De este principio de otoño.

Algunos sonidos corrientes sugieren el sentimiento triste-bello del WABI SABI. Los lúgubres graznidos y chillidos de las gaviotas y los cuervos. El desesperado ulular de las sirenas en la niebla. Los lamentos de las ambulancias haciendo eco a través de los cañones que forman los edificios de una gran ciudad.


Percibir el orden cósmico
El WABI SABI sugiere los reinos más sutiles y toda la mecánica y dinámica de la existencia, mucho más allá de lo que nuestros sentidos corrientes pueden percibir. Estas fuerzas primordiales son evocadas en todo lo WABI SABI del mismo modo que los mandalas hindús o las catedrales medievales europeas fueron construidas para trasmitir emocionalmente sus respectivos esquemas cósmicos. Los materiales de los que están hechas las cosas WABI SABI sacan a la luz estos sentimientos trascendentales. El modo en que el papel de arroz transmite la con un brillo difuso. La forma en que la arcilla se agrieta al secarse. La metamorfosis del color y la textura del metal cuando se deslustra y oxida. Todo esto representa las fuerzas físicas y las profundas estructuras que son la base de nuestro mundo de cada día.


Los preceptos morales del WABI SABI


Sabiendo lo que sabemos, ¿cómo deberíamos actuar?


Desprenderse de todo lo innecesario
El WABI SABI implica pisar levemente planeta y saber valorar lo que se encuentra, aunque sea una pequeñez, en el momento en que se encuentra. "Pobreza material, riqueza espiritual" es el lema WABI SABI. En otras palabras, el WABI SABI nos enseña cómo acabar con nuestras preocupaciones por el éxito (riqueza, estatus, poder y lujo) y disfrutar de una vida sin trabas.
Obviamente, llevar una vida simple WABI SABI requiere algunos esfuerzos y también algunas decisiones difíciles. El WABI SABI reconoce que es tan importante saber cuando elegir, como saber cuando "no" elegir: dejar que las cosas ocurran. Incluso en el nivel más austero de existencia material, seguimos viviendo el mundo de cosas. El WABI SABI versa precisamente sobre el delicado equilibrio entre el placer que nos proporcionan las cosas y el placer que conseguimos a liberarnos de ellas.



Centrarse en lo intrínseco e ignorar la jerarquía material
El comportamiento prescrito para la sala del té WABI SABI es una clara expresión de los valores WABI SABI. Primero, como acto simbólico de humildad, todo el mundo se agacha o gatea para entrar en la sala de té a través de una entrada pequeña y baja diseñada a propósito. Una vez dentro, el ambiente es igualitario. No se acepta ningún pensamiento jerárquico: "esto es más alto/mejor, esto es más bajo/peor". El estudiante pobre, el empresario rico, y el poderoso líder religioso -clases sociales diferenciables en el exterior- son iguales en el interior. Del mismo modo, para un observador sensible, las cualidades esenciales de los objetos en el interior de la sala del té resultan evidentes o no lo son. Las ayudas convencionales para discernir, como el origen o los nombres de los autores de los objetos, no son de importancia WABI SABI. La jerarquía normal del valor material relacionado con el coste también se deja de lado. Barro, papel y bambú tienen, de hecho, más cualidades/valor intrínseco WABI SABI que el oro, plata y los diamantes. En el WABI SABI no existe el concepto "valioso" ya que éste implicaría el de "no valioso". Un objeto obtiene el estado WABI SABI sólo durante el momento en que se aprecia como tal. Por lo tanto en la sala del té las cosas existen sólo cuando expresan sus cualidades WABI SABI. Fuera de la sala del té, vuelven a su realidad ordinaria, y su existencia WABI SABI se extingue.


Las cualidades materiales del WABI SABI


¿Qué objetos, motivos, yuxtaposiciones expresan nuestra comprensión del universo, o crean esta comprensión en otros?


Sugieren el proceso natural
Las cosas WABI SABI son expresiones de tiempo congelado. Están hechas de materiales que son visiblemente vulnerables a los efectos del tiempo en el trato humano. Registran el sol, el viento, la lluvia, el calor y el frío en un lenguaje de decoloración, óxido, deslustre, manchas, torsión, contracción, marchitamiento y grietas. Sus mellas, muescas, rozaduras, arañazos, abolladuras, desconchados y otras formas de desgaste son testimonio de su uso y abuso. Aunque las cosas WABI SABI puedan estar a punto de desmaterializarse (o materializarse), son extremadamente sutiles, frágiles o desecadas. Todavía conservan un carácter fuerte y un equilibrio sin merma.


Irregulares
Las cosas WABI SABI son indiferentes al buen gusto convencional. Como que ya sabemos cuáles son las soluciones "correctas" del diseño, el WABI SABI nos ofrece solícitamente las soluciónes "equivocadas". Como resultado, las cosas WABI SABI a menudo parecen raras, deformes, poco manejables, o lo que mucha gente consideraría feas. Las cosas WABI SABI pueden manifestar los efectos de un accidente, como un cuenco roto pegado de nuevo. O pueden mostrar el resultado de dejar que las cosas ocurran por casualidad, como los tejidos irregulares creados al sabotear intencionadamente el programa de ordenador de un telar.


Íntimas
Las cosas WABI SABI son generalmente pequeñas y compactas, discretas y orientadas hacia dentro. Indican: acercarte, toca, relaciónate. Inspiran una reducción de la distancia física entre una cosa y otra; entre las cosas y la gente.
Los sitios WABI SABI son pequeños y recluidos, entornos privados que intensifican la propia capacidad para la reflexión metafísica. Por ejemplo, las salas de té WABI SABI pueden tener menos de 30 metros cuadrados de superficie. Tienen techos bajos, ventanas pequeñas, entradas minúsculas y una iluminación muy tenue. Son tranquilas y relajantes, envolventes y uterinas. Son un mundo aparte: ningún lugar, cualquier lugar, todos los lugares. Dentro de la sala de té equilibrios, como en todos los sitios WABI SABI, cada uno de los objetos parece aumentar su importancia en proporción inversa a su tamaño real.


Sin pretensiones
Las cosas WABI SABI tienen un aspecto inevitable y sin afectación. No proclaman "soy importante" ni requiere ser el centro de atención. Son modestas y sin pretensiones, pero no carecen de presencia o discreta autoridad. Las cosas WABI SABI coexisten fácilmente con el resto de su entorno.
Las cosas WABI SABI se aprecian sólo mediante el uso y el contacto directo; nunca se encierran en un museo. Las cosas WABI SABI no necesitan confirmar su estatus o la validación de la cultura de mercado. No necesitan documentación de procedencia. Su cualidad de WABI SABI no depende en ningún caso del conocimiento de los antecedentes del creador o de su personalidad. De hecho, es mejor que el creador no sea conocido, que sea anónimo o invisible.


Toscas
Las cosas WABI SABI pueden parecer toscas y sin refinar. Generalmente se hacen con materiales que poco antes se encontraban en su estado original, dentro o sobre la tierra, y son ricas en texturas rugosas y sensaciones táctiles ásperas. Su cualidad artesana puede ser imposible de percibir.


Turbias
Las cosas WABI SABI tienen una cualidad vaga, desdibujada o atenuada -tal como les pasa a las cosas cuando se acercan a la nada (o provienen de ella). Lo que habían sido aristas cortantes se transforman en superficies suavemente romas. Lo que había tenido una materialidad substancial parece casi como esponjoso. Lo que habían sido colores intensamente brillantes se diluyen en tonos terrosos o en los matices difuminados del alba y el crepúsculo. El WABI SABI se presenta en un espectro infinito de grises: marrón, gris azulado, negror grisáceo, rojizo-plateado, índigo amarillo-verdoso... Y marrones: azul negroso con un matiz marrón oscuro, verdes apagados... Y negros: negro rojizo, negro azulado, negro marrónoso, negro verdoso...
Menos a menudo, las cosas WABI SABI pueden también aparecee en colores claros, casi pastel, asociados a un reciente surgimiento desde la nada. Como los no-blancos del algodón sin blanquear, el cáñamo o el papel reciclado. La raya plateada de los brotes y los árboles jóvenes. Los verdes-marrónosos de las yemas tumescentes.


Simples
La simplicidad está en la esencia de las cosas WABI SABI. La nada, obviamente, es la simplicidad máxima. Pero antes y después de la nada, la simplicidad no es tan simple. Parafraseando a Rickyu, la esencia de WABI SABI, tal como se expresan el ritual del té, es la simplicidad en sí misma: ir a por agua, recoger ramas, hervir el agua, preparar el té, y servir los demás. Los detalles adicionales, sugiere Rickyu, q
uedan a la invención de cada cual.
¿Pero cómo ejercitar la contención que la simplicidad requiere sin pasar a una austeridad ostentosa? ¿Cómo fijarse en todos los detalles necesarios sin ser excesivamente rebuscado? ¿Cómo lograr la simplicidad sin inducir al aburrimiento?
La simplicidad de WABI SABI, probablemente, queda mejor definida como el estado de gracia al que llega una inteligencia sobria, modesta y sinceramente sensible. La estrategia principal de esta inteligencia es la economía de medios. Ir reduciendo hasta la esencia, pero sin quitarle la poesía. Mantener las cosas limpias y sin estorbos, pero sin esterilizar (las cosas WABI SABI son emocionalmente cálidas, nunca frías).
Generalmente esto implica una paleta de materiales limitada. También significa mantener los rasgos llamativos al mínimo. Pero no significa eliminar el velo invisible que de alguna manera une los elementos en un todo con sentido. Tampoco significa de ningún modo disminuir el "interés" de algo, la cualidad que nos fuerza a mirar éste algo una y otra vez.